Reflexión sobre el evangelio del domingo pasado

PERTENECEMOS A DIOS POR ENTERO En la Antigüedad un siervo se debía íntegramente a su señor. No podéis servir a Dios y al dinero. Seguir a Cristo significa encaminar a El todos nuestros actos. No tenemos un tiempo para Dios y otro para estudio-trabajo-negocios-deporte…. Todo el tiempo es de Dios y a El deber ser orientado. Tenemos una sola vida, que se ordena a Dios con todos los actos que la componen. El quehacer de todos los días: el orden, la serenidad ante dificultades, la puntualidad, el esfuerzo por cumplir el deber….. es lo que debemos transformar en amor a Dios. Como el hilo que sujeta las cuentas de un collar, así el deseo de amar a Dios, dan unidad a todo cuanto hacemos. Todo queda dentro del amor.

UNIDAD DE VIDA El empeño por vivir como hijos de Dios se realiza en el trabajo, en una reunión, en el hogar que llenamos de paz y servicio, en la amistad, ….. En cualquier momento del día o de noche debemos mantener ese empeño por ser, con la ayuda de la gracia, hombres y mujeres de una pieza, siempre los mismos: hijos de Dios. El amor a Dios, si es autentico, se refleja en todos los aspectos de la vida. Da gracias a Dios que creo y ordeno todas las cosas para provecho tuyo, para que conozcas , ames y alabes al Creador. Todas las realidades noble nos deben llevar a El. Las cuestiones temporales tienen su propia autonomía y no existe una solución católica a los problemas sociales, políticos, … pero tampoco existen ámbitos de “neutralidad” donde el cristiano deje de serlo y de actuar como cristiano.

UNIDAD DE VIDA, COMPAGINAR? Los Fariseos que escuchaban al Señor eran amantes del dinero y trataban de compaginar su amor a las riquezas y su amor a Dios, Dios a quien pretendían servir. También nosotros hoy tratamos de compaginar nuestro amor a Dios y a las riquezas, igual que los Fariseos. Nosotros, NO estamos dispuestos al desprendimiento de los bienes materiales y NO concebimos que otros puedan estarlo. Jesús dice a los Fariseos: “os hacéis pasar por justos delante de los hombres pero Dios conoce vuestros corazones, porque lo que parece excelso ante los hombres es “abominable” delante de Dios”. Jesús, con una palabra fortísima, abominable, pone al descubierto la falsedad de conducta de aquellos hombres, faltos de unidad de vida. Los Fariseos, en realidad, poco o nada amaban a Dios, se amaban a sí mismos. Igual que los Fariseos podemos aparentar estar muy cerca de Dios cuando en realidad estamos muy lejos de El. Si actuamos de cara a Dios, poco o nada debe preocuparnos que los hombres no lo entiendan o que lo critiquen. Es a Dios a quien queremos servir en primer lugar y ese amor con obras a Dios es nuestra mayor tarea a favor de nuestros hermanos los hombres. Nuestra Madre nos enseñara a enderezar nuestros días y nuestras horas para que nuestra vida sea un verdadero servicio a Dios.
LO QUE HAS CUMULADO, QUE HAS ACUMULADO? PARA QUIEN SERA?


Antonio

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