Manso Cordero ofendido
puesto en una cruz por mi,
que mil veces os vendi
despues que fuisteis vendido;
dadme licencia Señor,
para que , deshecho en llanto,
pueda en vuestro rostro santo
llorar lagrimas de amor.
Es posible, VIda mia,
que tanto mal os cause
que os deje, que os olvide,
ya que vuestro amor sabia?
Tengo por dolor mas fuerte
que el veros muerto por mi,
el saber que os ofendi
cuando supe vuestra muerte;
que antes que yo la supiera
y tanto dolor causara,
alguna disculpa hallara;
pero despues, no pudiera.
!Ay de mi, que sin razon
pase la flor de mis años
en medios de los engaños
de aquella ciega aflicion!.
!Que de locos desatinos
por mis sentidos pasaron
mientras que no me miraron,
Sol, vuestros ojos divinos.
Lejos anduve de Vos,
Hermosura Celestial,
lejos, y lleno de mal,
como quien vive sin Dios.
!Oh piedad desconocida
de mi loco desconcierto,
que donde Vos estais muerto
esta segura mi vida!
Vida mia, Vos a mi
en que me habeis menester,
si Vos os debo mi ser,
cuanto soy, y cuanto fui?
Para que puedo importaros,
si soy lo que Vos sabeis?
Que necesidad teneis?
Que cielo tengo que daros?
Yo os amo, Dios soberano,
no como Vos mereceis,
pero cuanto Vos sabeis
que cabe en sentido humano.
Hallo tanto que querer,
y estoy tan tierno por Vos,
que si muero sin ti Dios,
mi vida se va a perder.
Toda el alma, de Vos llena,
me saca de mi, Señor;
dejadme llorar de amor
como otras veces de pena.
Lope de Vega
Manuel
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