SEPARACIÓN

Un esposo fue a visitar a un sabio consejero y le dijo que ya no quería a su esposa y que pensaba separarse.

El sabio lo escuchó, lo miró a los ojos y solamente le dijo una palabra: ¡ámela!. Luego se calló.

Pero es que ya no siento nada por ella, replicó el hombre.

¡Ámela!, repuso el sabio.

Y ante el desconcierto de aquel señor, después de un oportuno silencio, agregó lo siguiente:

Amar es una decisión, no un sentimiento, amar es dedicación y entrega, amar es un verbo y el fruto de esa acción es el amor.

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