Salmo 102

Salmo 102

Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios.

Como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre sus fieles;
como dista de oriente del ocaso,
así se aleja de nosotros nuestros delitos.

El Señor puso en el cielo su trono,
su soberanía gobierna el universo.
Bendecid al Señor, ángeles suyos,
poderosos ejecutores de sus órdenes.

Manuel

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