Con esta parte terminamos la arquitectura de esta hermosa y única ermita:
Al pie de la nave contemplamos la tribuna, a la que podemos acceder interiormente por una escalera pegada al muro sur, donde se van encastrando los peldaños y también por el exterior desde una pequeña puerta situada en el muro oeste.
La tribuna está apoyada en dieciocho pequeñas columnas con arcos de herradura que se apoyan en basas muy toscas y bóvedas escarzanas(1). Forman un conjunto de tres tramos y cinco divisiones. Si nos situamos entre este entramado de columnas nos hace sentir como si nos encontrarámos en una pequeña mezquita, sin duda influencia de los constructores, como ya hemos reseñado anteriormente.
En esta parte inferior de la tribuna, y escondida al abrigo de este pequeño bosque de columnas, nos encontramos una gruta natural que es el punto de origen de la construcción de este lugar.
(1) de arcos rebajados.
Manuel
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