La Adoración de los Pastores, de Murillo; se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. Óleo sobre lienzo, 282 x 188 cm.
En esta obra barroca de Murillo, como ahora vamos a ver están presentes un compendio de fundamentos morales y religiosos como la pobreza, la caridad, la adoración de Dios, la humildad o la familia y otros valores dogmáticos como el Nacimiento de Cristo, la Divinidad de su persona y la Virginidad de su Madre.
En el evangelio de S.Lucas 2 , 1-14 tenemos esta narración : “.. en aquella región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño. Y un angel les dijo: no temáis, os traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo, hoy en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador; el Mesias, el Señor. Y aquí tenéis la seña: encontráreis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre”.
El pintor ha recogido este momento de adoración de los humildes pastores. El Niño está irradiando una luz que llena toda la escena (Él es la Luz) y gracias a ella vemos al resto de personajes (los ilumina igual que ilumina al mundo entero); al mismo tiempo este efecto hace que también nos encontremos con claroscuros, dejando también el fondo muy en penumbra, sin casi detalles y que nos integran todo el conjunto de modo intimista. Es notable la la realización de los rostros, sus detalles y expresiones; así como los ropajes y vestidos de todos ellos hechos con un gran realismo.
El Nacimiento de Cristo, como en la narración está en un pesebre (símbolo de pobreza) junto a su Madre vestida de rojo (color de la Pasión de su hijo) y un manto azul (la esperanza en el cielo) y su padre S.José representado como un anciano. Todos están rodeados por los pastores (mujer, viejo, joven; los dos sexos, que representan a toda la humanidad que va a adorar el Nacimiento de Dios).
También nos encontramos animales: el buey en este caso, siguiendo una tradición que surge en los relatos apócrifos de la infancia de Jesús, y un gallo y un cordero, el primero cantara tres veces en su pasión, el segundo, el cordero como símbolo eucarístico de la razón de ser de este Nacimiento .
Manuel
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