Ponle sazón


¿A quién le gusta una comida desabrida? El mejor platillo, aquel que tú imaginas en este momento, sin condimentos sería duro de tragar. Afortunadamente existen varios condimentos: sal, pimienta, salsa, cebolla... que nos permiten sazonarlos y que nos hacen disfrutar de una buena comida.
Lo mismo pasa en la vida cotidiana de la relación matrimonial. Existen matrimonios que simplemente se acaban porque en definitiva se hicieron hoscos, burdos, duros de tragar. ¿Quién logra digerir un pan seco?
Para aquellos que quieren vivir una vida matrimonial exitosa propongo el secreto de la mejor culinaria del planeta: El sazón de los detalles. Esto hará que tu relación sea muy especial: como la comida es suculenta y bien condimentada, así también, tu relación será sabrosa si se la sazona con pequeños detalles de amor.
Los detalles son aquellos gestos cotidianos que demuestran la gran estima que tienes por la otra persona. No es tan difícil dar un beso, decirle al inicio del día cuánto amas a la otra persona, llamarle de vez en cuando para preguntar como está, llevar un racimo de flores a su trabajo… Existen tantos detalles, sólo basta un poco de imaginación, y al mismo tiempo, estas pequeñeces son lo que hace que el amor sea siempre nuevo y, al mismo tiempo, hace bien para la digestión. Pon sazón en tu vida matrimonial y verás un cambio repentino, te darás cuenta que ya no puedes vivir sin la otra persona: porque realmente la amas.
Cuando hay detalles la relación se hace más llevadera y te evitarás caer en manos del peor enemigo de la vida conyugal: la rutina. Una vida monótona es como aquel platillo que imaginaste al inicio de este escrito: sin sazón, desabrido y además frío. La rutina destroza y hunde la intimidad entre los esposos. Por eso recuerda: ¡pon sazón! Ten presente que este ingrediente no lo comprarás en los mejores centros comerciales del país; éste está dentro de ti, de tu actitud e iniciativa, de tu imaginación, de tu capacidad de donación.


Luciano Pasqualini, L.C.

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