EL DESCENSO DEL SEÑOR AL ABISMO



Icono de Theófanes de Creta.1546.

(Monasterio Stavronikita. Monte Athos. Grecia)

ICONO DEL DESCENSO A LOS INFIERNOS.

LA ANÁSTASIS O ELEVAMIENTO DE LA CAIDA DE ADAN.



¿Qué es lo que hoy sucede?. Un gran silencio envuelve la tierra; un gran silencio y una gran soledad. Un gran silencio porque el Rey duerme. La tierra está temerosa y sobrecogida porque Dios se ha dormido en la carne y ha despertado a los que dormían desde antiguo. Dios ha muerto en la carne y ha puesto en conmoción al abismo. (...)


El Señor teniendo en sus mano las armas vencedoras de la cruz, se acerca a ellos. Al verlo nuestro primer padre, Adán, asombrado por tan gran acontecimiento, exclama y dice a todos: "Mi Señor esté con nosotros" y Cristo, respondiendo, dice a Adán "Y con tu espíritu". Y, tomándolo por la mano, lo levanta diciéndole: " Despierta, tú que duermes y levántate de entre los muertos y Cristo será tu Luz. Yo soy tu Dios, que por tí y por todos los que han de nacer de tí me he hecho tu hijo; y ahora te digo que tengo el poder de anunciar a los que están encadenados: salid y a los que se encuentran en las tinieblas: Ilumináos, y a los que duermen: Levantáos. (...)


Por tí que fuiste expulsado del huerto he sido entregado a los judíos en el huerto, y en el huerto he sido crucificado. Contempla los salivazos de mi cara, que he soportado para devolverte tu primer aliento de vida, contempla los golpes de mi mejillas, que he soportado para reformar, de acuerdo con mi imagen, tu imagen deformada, contempla los azotes en mis espaldas, que he aceptado para aliviarte del peso de los pecados, que habían sido cargados sobre tu espalda, contempla los clavos que me han sujetado fuertemente al madero, pues los he aceptado por tí, que maliciosamente extendiste una mano al árbol prohibido.


Dormí en la cruz y la lanza atravesó mi costado, por tí, que el paraíso dormiste, y de tu costado diste origen a Eva. Mi costado ha curado el dolor del tuyo. Mi sueño te saca del sueño del abismo. Mi lanza eliminó aquella espada que te amenazó en el paraíso.


Levántate, salgamos de aquí. El enemigo te sacó del paraíso; yo te coloco no ya en el paraíso, sino en el trono celeste. te prohibí que comieras del árbol de la vida, que no era sino imagen del verdadero árbol; yo soy el verdadero árbol, yo que soy la vida y que estoy unido a tí. (...)


De una homilía antigua sobre el grande y santo Sábado

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