SANTO GRIAL: CÁLIZ DE LA ULTIMA CENA


La Catedral de Valencia, España, guarda una de las más preciadas reliquias. Se trata de un Cáliz de piedra marrón que, según una antigua tradición, es el original usado por Jesucristo para celebrar la primera Misa: La Ultima Cena.


¿Será autentico? Algunos rechazan todas las reliquias. Alegan que en la historia han surgido en diversas partes varios cálices con el mismo reclamo. Sin embargo, todos esos han sido declarados fraudulentos bajo el escrutinio de estudios mas modernos. No así con el cáliz que hoy está en Valencia. Al mismo tiempo debemos clarificar que nuestra fe NO se fundamenta en ninguna reliquia sino en Cristo Resucitado. Cuando nos referimos a reliquias como este cáliz, hablamos de "tradición" con "t" minúscula y no de La Tradición que es parte de la Revelación.


Es razonable pensar que, después de Pentecostés, los Apóstoles hayan hecho lo posible por guardar, como grandes tesoros, las reliquias asociadas con la vida del Señor. Entre estas, el cáliz de la Ultima Cena,
pedazos de la Santa Cruz y el Santo Sudario deben haber tenido prioridad.

Según las Sagradas Escrituras, Jesús y sus discípulos celebraron la Ultima Cena el Jueves Santo, el día antes de la Pasión y muerte del Señor. En esa cena pascual Cristo instituyó la Eucaristía y el Sacerdocio. Según la costumbre se utilizaba para la cena pascual lo mejor que se pudiese. El Cáliz, por lo tanto debía ser digno de la misión que celebraba.

No hay conocimiento del itinerario del Cáliz en los primeros siglos. Una tradición cuenta que fue confiado a San Pedro quién lo tenía en Antioquía y después en Roma. Según la misma tradición, San Pedro y 23 Papas que le siguieron guardaban el Cáliz como un gran tesoro y lo utilizaban para celebrar la Santa Misa.


El Cáliz sería entonces un poderoso testimonio de la fe en la Iglesia primitiva: Todos los sucesores de Pedro, recibiendo la Preciosa Sangre del Señor del mismo Cáliz, signo de unidad en Cristo.

El último Papa en usar el Cáliz en la antigüedad sería Sixto II (243-258). Según una tradición, antes de morir martirizado bajo el emperador Valeriano, este Papa le confió al diácono San Lorenzo, uno de los siete diáconos de Roma y, según se dice, oriundo de España, la misión de distribuir el dinero de la Iglesia entre los pobres y esconder las reliquias.

San Lorenzo también murió mártir, pero antes pudo enviar el Cáliz a sus padres, Orencio y Paciencia, en España. El Cáliz estuvo en Huesca hasta el 711 d.C., cuando los musulmanes invadieron España. Para protegerlo, el Cáliz fue enviado al monasterio de San Juan de la Peña, que está alto en la cordillera de los Pirineos. Allí estuvo escondido en la gruesa pared del monasterio por 400 años.

Durante este tiempo se propagaron por Europa las leyendas sobre el Cáliz de La Ultima Cena, escondido por unos monjes entre las montañas. Las tres leyendas mas famosas ubicaban la reliquia en Inglaterra, en el occidente de Francia y el norte de España. Las dos últimas son regiones próximas al monasterio de San Juan de la Peña.

En 1399, Martín el Misericordioso regía un territorio que incluía San Juan de la Peña. Martín le pidió a los monjes que le enviasen el Cáliz a su corte, en Zaragoza, a cambio de otro hecho de oro. Al morir Martín en 1410, el trono y el Cáliz pasaron a Alfonso V quién, en 1437, llevó tanto su corte como el Cáliz a la ciudad de Valencia, donde ha estado hasta el presente.

Los Valencianos siempre han hecho grandes esfuerzos para defender el Cáliz de los peligros. Ante el avance de las tropas de Napoleón sobre Valencia, en 1809, el Cáliz fue llevado, para salvarlo, a las Islas Baleares, hasta el 1812. Durante la Guerra Civil el Cáliz fue envuelto en seda y escondido, hasta que, en 1939 se devolvió a la abatida catedral y fue puesto en un lugar de honor.


En 1982, el Papa Juan Pablo II visitó a Valencia y celebró la Santa Misa con el precioso Cáliz. Los presentes comentaron sobre el gran gozo que el Papa expresó al consagrar la Preciosa Sangre.

El Cáliz se puede visitar en la Catedral de Valencia donde se guarda en un relicario de oro, en una hermosa capilla gótica. La Santa Misa se celebra cada día a las 9:30 de la mañana y, después, los peregrinos pueden acercarse a venerar el precioso Cáliz.


No hay absoluta certeza de la autenticidad del cáliz, pero si tenemos la certeza de la fe que no defrauda, que los eventos de la Ultima Cena, Pasión, Muerte, Resurrección, la Eucaristía y la sucesión Apostólica hasta nuestros días. Estas verdades históricas desatan un poder que las fuerzas del mal no podrán jamás detener.

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