EXISTEN DIVERSAS MANERAS DE ENTENDER EL MATRIMONIO. HOY ME CENTRARÉ EN DOS: EL MATRIMONIO COMO CONTRATO Y EL MATRIMONIO COMO ALIANZA.
CUANDO SE ENTIENDE COMO CONTRATO, EN EL FONDO LO QUE SE HACE ES FIRMAR UN ACUERDO DE DERECHOS Y DEBERES. EN ESTE CASO, LA TENDENCIA NATURAL DEL HOMBRE ES CONSEGUIR EL MÁXIMO DE DERECHOS Y ASUMIR EL MÍNIMO DE DEBERES. EN ESTA SITUACIÓN ES DIFÍCIL VIVIR EL AMOR VERDADERO. EL CONTRATO DURA MIENTRAS DURA EL ENAMORAMIENTO O LA BALANZA SE INCLINA FAVORABLEMENTE DEL LADO DE LOS DERECHOS, CUANDO LOS AIRES YA NO SOPLAN A FAVOR, SE DESHACE.
LA OTRA MANERA DE ENTENDERLO, EL MATRIMONIO COMO ALIANZA, SUPONE LA ENTREGA INCONDICIONAL AL OTRO. ESTO SUENA ARCAICO Y PRIMITIVO, NO CORREN BUENOS TIEMPOS PARA EL COMPROMISO. SIN EMBARGO SÓLO CUANDO SE CONCIBE DE ESTA MANERA SE ESTÁ EN CONDICIONES DE DARSE Y DE ESTAR DISPUESTO A ASUMIR LOS GOZOS Y LAS TRISTEZAS QUE INDEFECTIBLEMENTE ACOMPAÑAN A LA VIDA EN GENERAL, NO SÓLO A LA MATRIMONIAL.
EL ÉXITO EN EL MATRIMONIO, AUNQUE PAREZCA UNA PEROGRULLADA, COMIENZA POR EL PRINCIPIO; CUANDO LOS DOS ESTÁN DISPUESTOS A DARSE SIN RESERVAS EL UNO AL OTRO. Y ESTO SE PUEDE, POR LO MENOS INTUIR.
ANÍBAL CUEVAS
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