CRISTO EN LA CRUZ (II)

El Cristo de la Clemencia, talla de madera policromada de Juan Martínez Montañés, que se encuentra en la Catedral de Sevilla, es una obra de un realismo impresionante. Sus proporciones anatómicas, la suave pero bien proporcionada musculatura y la expresión de su cara hacen de esta imagen uno de los más bellos crucificados creados por el hombre. Incluso la exquisitez y delicadeza de los pliegues de la tela anudada a su cintura, hacen que la madera parezca ligera e ingrávida. Aunque hasta entonces muchos crucificados habían sido representados con tres clavos, Martínez Montañés, así como Pacheco (suegro de Velázquez y coetáneo suyo), y otros artistas siguieron las indicaciones de algunos Padres de la Iglesia, como San Justino y San Ireneo que afirmaban que los pies de Jesús fueron clavados por separado. La estudiada posición de los pies y un leve apoyo sobre la cadera derecha confieren al cuerpo una posición natural y armónica. En su mirada dirigida hacia los fieles, y en sus facciones tan perfectamente reales, algunos han creído ver la clemencia del crucificado hacia los pecadores. Martínez Montañés tuvo una marcada influencia sobre artistas pictóricos como Zurbarán y Velázquez.


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