EL AYUNO



¿Qué sentido tiene el ayuno en el mundo actual?



Quien experimenta el hambre porque voluntariamente se priva del alimento, puede llegar a comprender la injusticia que sufren quienes no tienen que comer, no un día, sino muchos, incluso meses y años de hambre. Experimentar el hambre en la fórmula pedagógica para combatirla. El ayuno para que agrade a Dios debe ir unido con el amor del prójimo y comportar una búsqueda de la verdadera justicia. Es tan inseparable de la limosna como la oración. El ayuno no es mera hazaña ascética. Debe ser un gesto cristiano, una experiencia de piedad y devoción. Ayunar es saber prescindir, renunciar a las posibilidades de apropiación, compartir, superar el individualismo para enriquecer a los demás.


¿Qué ocurre en nuestros días según el Papa Benedicto XVI?



En el mensaje del Santo Padre Benedicto XVI para la cuaresma de 2009, afirma: En nuestros días, parece que la práctica del ayuno ha perdido su valor espiritual y ha adquirido más bien, en una cultura marcada por la búsqueda del bienestar material, el valor de una medida terapéutica para el cuidado del propio cuerpo. Está claro que ayunar es bueno para el bienestar físico, pero para los creyentes, es en primer lugar una “terapia” para curar todo lo que les impide conformarse a la voluntad de Dios…. “Ayunar por voluntad propia ayuda a cultivar el estilo del Buen Samaritano que se inclina y socorre al hermano que sufre. Al escoger libremente privarnos de algo para ayudar a los demás, demostramos concretamente que el prójimo que pasa dificultades no nos es extraño”.

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