LA OPINIÓN DE

+ César Franco Martínez
Obispo auxiliar de Madrid

RAZONES PARA CELEBRAR UNA FIESTA DE LA FAMILIA
Son muchas las razones que tiene la Iglesia para celebrar la familia fuera de los muros de las iglesias. No hay que olvidar que la Iglesia tardó en contar con templos donde celebrar sus misterios. Y que el templo cristiano está formado por piedras vivas, los miembros de Cristo, que celebran la fe en la existencia propia, en el vivir y actuar de cada día
El intento de recluir a la Iglesia en el recinto de las sacristías contradice la naturaleza misma de la fe cristiana, que es vida y esplendor en medio del mundo.
El cristianismo nació además al compás de la vida de una familia que es la realidad social y pública por excelencia. La familia aparece en el primer plano de la historia de la salvación. Desde entonces la Iglesia ha mirado la familia de forma nueva, porque, siendo desde el inicio de la creación la imagen perfecta del Creador, ha sido el lugar donde el Hijo de Dios ha iniciado su existencia de hombre unido a todos los hombres y ha conocido el amor de unos padres que se consagraron a él por entero: María, la virgen Madre, y José, el padre legal. En la familia, el Hijo de Dios se hizo plenamente hijo de los hombres.
En la familia, el hombre es amado por sí mismo, querido como tal, sea hombre o mujer, sano o enfermo, joven o anciano. En ella, el amor que la sustenta nace de la entrega única e indisoluble de un hombre y una mujer que, si se desposan en Cristo, convierten sus vidas en signo visible – eso significa sacramento – de su amor, que, en el colmo de la entrega, es capaz de sacrificarse por el otro.

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