Fue en Valencia, con ocasión del V Encuentro Mundial de las Familias con la presencia de Su Santidad Benedicto XVI, cuando el Grupo recibió lo que en alguna ocasión hemos denominado como el Espíritu de Valencia. Las gracias y dones que nos regaló el Espíritu Santo a todos los que allí pudimos estar fueran tantas, que a partir de ahí el Grupo se consolidó, permitió que algunos nos acercáramos y participáramos más y a partir de ese momento todas las familias nos constituimos y nos sentimos como una gran familia, en la que estamos a las buenas y a las malas.
Evidentemente no se habría podido llegar a Valencia sin los matrimonios pioneros y sin la gran labor pastoral de nuestro querido D. Antonio, en la actualidad flamante párroco de Robledo de Chavela, por los designios inescrutables del Espíritu Santo
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