SIN LO QUE TE FALTA TAMBIÉN PUEDES SER FELIZ.



Necesito a ciertas personas en mi vida. Es verdad. A todos nos pasa. El amor nos hace necesitados, mendigos, menesterosos. Y cuando nos faltan aquellos a los que queremos, lloramos. Porque se va, porque nos dejan y nos duele el alma. Un pequeño vacío del tamaño de un mundo. Se  rompe por dentro el alma.
Necesitamos la presencia del que se ha ido. Sabemos que está presente junto a nosotros, de forma diferente. Pero necesitábamos  su carne, su tacto, sus besos, sus silencios, sus palabras.
Es lo que tiene el amor, que nos hace necesitados. Y es una necesidad bella, honda mágica. Una necesidad que duele y nos crea nostalgias de un amor infinito.  Crece en mi interior un amor más hondo que nada logra apagar, como un incendio. Ni con toda el agua del mundo. Y sueño con un mar que no cabe en mi alma.
Quisiera no necesitar nada, pero es absurdo. Cuanto más amo más quiero. Cuánto más deseo, más espero, más sueño. La necesidad me pone en camino. Me hace vivir buscando el cielo. No quiero vivir no necesitando nada. Quiero vivir necesitando el cielo.
En realidad yo sé que puedo vivir con pocas cosas. A veces hago la experiencia. Me desprendo de cosas que creía tan necesarias y no pasa nada, sigo viviendo. Pero muchas veces prefiero creer  que necesito más. Siempre más.
Podemos hacer unas vacaciones  sencillas, pero nos creemos que necesitamos algo mejor. Nos lo merecemos. Creo que a veces el corazón se  llena de demasiadas necesidades.
Sería bueno preguntarnos cuáles son mis verdaderas necesidades. Lo que de verdad  me hace falta. Necesito caminar por un camino largo, escuchar una buena canción, meditar sobre la vida.
Muchas  veces me invento necesidades. Necesito un cónyuge mejor, unos hijos más capaces, una carrera profesional más lograda, más aventuras. Pensamos que necesitamos una vida distinta a la que llevamos, vivir en otro lugar, tener otro trabajo, para alcanzar la plenitud soñada, la promesa de felicidad que Dios me hace.
Necesito pararme y pensar. Reírme, distenderme. Pero tal vez no necesito otras circunstancias de vida para ser feliz. Tampoco necesito el éxito para ser mejor. Ni caer a todos bien para tener el corazón en paz.
Antonio

Comentarios